Sobre el proyecto

Europa ha sido tradicionalmente uno de los principales destinos de la inmigración debido principalmente a su relativa prosperidad económica y estabilidad política. Según el Informe sobre la Migración Mundial 2020, Europa experimentó el segundo mayor crecimiento durante 2019, con un aumento de 25 millones de migrantes internacionales (5,5 %) de los 448 millones de personas que viven en la UE-27 eran ciudadanos no comunitarios. Teniendo en cuenta estas cifras, la migración debe ser tratada como una cuestión global. Dicho esto, el aumento de los inmigrantes ha sido evidente a lo largo del tiempo -tanto numérica como proporcionalmente- y a un ritmo ligeramente más rápido de lo previsto. En lo que respecta a la distribución por sexos de los inmigrantes en los Estados miembros de la UE-27, en 2018 las mujeres emigraron tanto como los hombres, casi la mitad (46%) de todos los migrantes internacionales eran mujeres (Eurostat, mayo de 2020) Por otra parte, las mujeres se enfrentan a dificultades específicas en diferentes etapas de la migración.

Según el UNFPA (Fondo de Población de las Naciones Unidas), la migración es una grave preocupación para las mujeres migrantes por diferentes motivos:

  • Las mujeres migrantes se enfrentan a una doble discriminación: como mujeres y como migrantes. Las mujeres pueden sufrir doblemente estas actitudes, experimentando no sólo la discriminación basada en su condición de migrantes, sino también la basada en su género. Esto puede adoptar la forma de discriminación y maltrato -incluido el acoso sexual- en el lugar de trabajo, al buscar vivienda, al utilizar el transporte público y al acceder a los servicios de educación y salud.
  • Las mujeres migrantes se enfrentan a grandes riesgos, como la explotación sexual, la trata y la violencia. Las mujeres migrantes son especialmente vulnerables al abuso y la explotación, y representan el 71% de las víctimas de la trata, según un informe de 2018 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
  • Las mujeres migrantes tienen más probabilidades de enfrentarse a problemas de salud en sus destinos. Cuando las mujeres migrantes llegan a sus destinos previstos, se enfrentan a obstáculos para la atención sanitaria, especialmente a los servicios de salud sexual y reproductiva.

El EMMW es un plan de formación con el objetivo de desarrollar y gestionar las habilidades emocionales en el marco de la inmigración, llegando tanto a las mujeres migrantes como a los trabajadores sociales y a las ONG con el objetivo de mejorar su situación de riesgo en la adaptación e integración a un país diferente al de su origen y, al final, el bienestar psicológico y la inclusión en el país de acogida. El sistema de formación debe desarrollarse en estas dos líneas de forma complementaria, pero deben afrontarse prestando atención a los diferentes grupos objetivo y a la forma específica que tienen de desarrollar esta habilidad básica.